Sexo seguro
Cuántas campañas publicitarias nos advierten de que si usamos tal o cual anticonceptivo podemos estar tranquilos…se puede “tener sexo seguro”. ¿Seguro de qué? Seguro de sus posibles consecuencias, o sea, de un bombo… No me voy a pronunciar sobre la efectividad de estos métodos, aunque sabemos que no hay nada infalible. Aquí, vengo a reflexionar sobre qué tipo de seguridad quiero buscar cuando “tengo sexo”. Quizá el primer paso sería pararnos a pensar sobre el término “tener sexo”.Yo tengo dolor de cabeza, tengo hambre, tengo sueño, tengo o no tengo dinero…. En fin, el concepto “tener” implica posesión.Tener sexo, dicho así, parece que podría ser equiparable a poseer la relación sexual, como si de una cosa se tratase. O quizá es que quiero satisfacer un deseo, como cuando tengo hambre…. No sé, para mi la relación sexual es algo tan grande que el término “tener” se me queda corto.
Toda la vida se ha hablado de “hacer el amor”. Es algo cursi, pero por lo menos aparece la palabra amor. La cultura actual quiere convencernos, a través del cine, las series…etc, de que existe un sexo seguro sin amor, porque el amor no aparece por arte de magia en la primera cita, y ya no hay comedia romántica que no acabe en la cama el primer día. Eso no es amor y tampoco es “sexo seguro”. Quizá se puede evitar el bombo, pero eso no es todo. Lo único que nos “aseguramos” así es tener más de un disgusto. Todos anhelamos entregar nuestro corazón en buenas manos, en manos que lo protejan y lo cuiden, y por ello no lo podemos entregar el primer día. Si no entregamos el amor, ¿qué estamos entregando?
Creo que nos confundimos cuando nos obcecamos en poner el objetivo de nuestra “seguridad” en evitar un embarazo, o las temidas enfermedades de transmisión sexual. El sexo es realmente seguro cuando implica una relación firme, asentada, que da tranquilidad. Esa es la seguridad de estar entregando tu corazón en buenas manos. Cuando esto ocurre no hay límites en esa entrega, se queman las naves…. Eso no quiere decir que en ocasiones no haya que posponer o retrasar un embarazo. Y qué mejor ejemplo de que el sexo es seguro que cuando ambos son capaces de respetar sus cuerpos y sus tiempos: una sexualidad 100% natural, responsable para con el cuerpo, una sexualidad bio.
Yo te propongo que busques sexo seguro, pero seguro de verdad, que te de paz y tranquilidad. Esto te llevará más tiempo, años si cabe, pero cuando lo encuentres disfrutarás de la seguridad de estar en unas únicas y buenas manos. Encuentra a aquella única persona que te de esa seguridad y disfrutarás de un sexo seguro de verdad.
Isabel Salcedo de Prado